Pasa el tiempo


Pasa el tiempo extraño en relojes extraños que se llevan en muñecas extrañas como 
Nubes de algodón mientras 
Nos nieva.
Como hace frío me abrazo a los calcetines que me recuerdan a ti ese día helado cuando no 

Nos los quitamos 
Para follar
Muy ricamente y construimos un fuerte bajo el edredón alumbrando cuatro manos a dos

 Lenguas que contaban 
Cuentos húmedos
De esos que empañan el espejo y hacen borrosa la respiración que nos camina 
Desde el empeine hasta los pelos despeinados 
Por tanta estática.

Pasa el tiempo y te extraño en sitios extraños porque el oso extraño no es buena compañía 

Y me lleva 
A beber.
Después de beber canto y al cantar me acuerdo de cuando llovía y nos mojamos por debajo 
De la ropa 
Solo con miradas y bailamos una lenta en el techo de aquel coche y mi corazón no paraba
De latir 
Tan fuerte que un vecino asomado a la ventana de su estrella nos tiró tres monedas 

Que gastamos en comprar
Dos tequilas 
De esos que alteran la memoria y ponen voz a palabras que solo se piensan 

Y terminan mareando
La cabeza. 

Pasa el tiempo extraño 

Y se detuvo al mirarnos 
Cuando mañana
Me besas. 

Derretido en un glub


    Derretido en un glub no me encontrarán los Goblins y podré salir a pasear sin que la capucha moleste esa parcial visión laberíntica de cosas sin sentido que despiertan corrientes entre personas que se agarran unas a otras para poder subir.
      Los pies y las manos no sirven para que la memoria dure más que esos tres segundos cuando el ahora era aquel presente momentáneo que se evaporaba sumergido en un líquido del que uno no quiere salir, quedando por siempre enterrado en un recuerdo latente que parece haber estado ahí desde que el pensamiento se hizo palabra. 
      Dicen que los peces viven sus tres segundos de memoria como si eso hubiera sido toda su vida. Hasta que llega el momento de la muerte y entonces parece que se hayan estado muriendo siempre. Me sobran agallas y me faltan cuentos donde respirar el placer de volar por los mundos perdidos que alcanzo a ver justo antes de que se me cierren por completo los ojos... pensando que mi vida siempre fue así.

Antes de la caida

Antes de la caida tomo conciencia de que aquí pudiera ser que no haya nada a que agarrarse y ruedo en vertical tratando de apartarme de un infierno construido de apariencias. Las ausencias pasan, pesan y me pisan mientras la cama se hace cárcel liberada por un sueño intermitente que se repite de mañana a tarde dejando las noches para pensar alegremente sobre el significado de esos puntos suspensivos que nunca dejan que termine la frase… Nada de lo cotidiano me ayuda a anudar los rotos cordones antes que vuelva a caer sin zapatos, otra vez, mirando el atardecer a través de las estelas de esos aviones que nunca me enseñarán a volar…
Después de caer noto el suelo mínimamente distinto y salvajemente cálido, como invitándome a entrar y quedarme. Hago un nido de huesos y carne dando tres vueltas antes de intentar dormir mecido por el temblor de un corazón que barrunta terremotos.
Antes de caer decía “YO SOY”, sentía ese “YO” y lo tomaba como mío. Ahora, después de la caída, pienso que pensar nunca me hizo distinto a todos los “yo soy este” que encuentro en la cola de la carnicería antes de comprar su dosis diaria de callos.

Caído
y
roto
noto como el hielo se dispersa
en trozos por vivir
de una continua existencia.



Rumores, aburrimiento y vida

Cuando un rumor por ser rumor se escapa
cuando pierde la razón su peso en la balanza
negándole al humor un sitio en la guarida
donde se esconden los males, sin remedio
moriremos un poco de cansados
sin haberle encontrado a la vida sentido.

Como el placer de ojos pudiera entrar por los oidos
callo poco mucho y sueño de seguido
antes prefiero morir que vivir aburrido
enterrado en sinrazones razonadas
bajo mil lápidas formadas por palabras
solo escuchadas por quienquiera que las habla.

Durante el breve tiempo que descalzo
de oscuros pensamientos la voz camino
soy menos de mi y más de mis amigos
queriendo solo ser o no ser nada
mientras dejo que la vida me recorra
quitándole a los gritos su sonido.


Arrastras desde el olvido

Arrastras, desdel olvido, vuelan los triunfos sin haber cantado los cuarenta
imagino tute y digo no hay mus mientras todos miran hacia otro lado para poder fingir que hacen como que no me ven volviéndome transparente. De esa transparencia tomo trozos para hacer las balas que me volverán libre entre las horas que, tal vez hace mil años, vinieron a verme acompañadas del aburrimiento... que nunca pudo conmigo.

Es así que lleno de segundos por recordar siego las horas que me quedan hasta la próxima metáfora de vida de la que pueda decir, después de haber parpadeado muchas veces...

               -esta si, esta fue cierta.


Conspicuo, sin caninos
mordisqueo este momento
para poder lIegar a hacerlo ya pasado
cuando viaja por durante mas mi tiempo que no existe
goteando intenso el tenue relieve que me enferma
que me ciega duramente de descalzo
de solo
de mortalmente inacabado
pluscuanperfecto indefinido
 no soy lo que pude haber ido
ya que siendo ioro gotas
de lo que eternia los momentos del ahora.
Diametral mente opuesto al ser-yo tiempo
invento puede paralelos diferentes
vuelandando sin mas cielo
que querer sonar tal vez desde muy dentro.
Más es no por cierto eso
la palabra ya pasada vuelve infierno este silencio
Estos no-versos que llevan la llaga del olvido
tatuada en el papel que vuelan las cometas.

 Si lloro no es por eso, no me riñas
que inventeme no por puede maravillas.

Ahora, vago, sin recuerdos, por las calles busco en las caras de la gente por si alguien pudiera conocerme y decirme por lo menos como...
me llamo.
Como soy lo único que tengo, no puedo hacer más que bautizarme a mi mismo. Después de darle muchas vueltas al asunto y con un cartón de vino en la mano procedo a celebrar el sagrado sacramento de mi bautizo siendo maestro de ceremonias.

- Ego me bautizo




Enlunada

SIL 1849 Editar



 Enlunada te imagino
Reflejada en la intensidad de aquel satélite
Bailando una tormenta de alfileres
Mientras ríes a veces
Mientras a veces callas
Y amontonas pensamientos divididos.

La luz se vuelve azul en tu vestido
Al juntarse con el agua
Sube la marea a mis sentidos
El cuerpo se vuelve espuma que se vierte
Y burbujas plateadas
Mecidas por las corrientes.


















pesadillas cruzadas

sonina.jpg




Algún día quisiera hablar, hablar y no callarme. Contar de soledades, impuestas o queridas, que son como autoaislamientos a fin de cuentas. Quisiera parlotear mientras escribo… pero llueve de mis ojos hacia fuera en cada intento y me da miedo que el frío de este invierno transforme lluvia en hielo; oscureciendo la luz de ese lago de recuerdos. La soledad muta en silencio externo mientras, de ventanas hacia dentro, incesantes parloteos acompañan cada madrugada sin dormir, cada segundo eterno, cada minúsculo momento en que las anteojeras me dejan ver la periferia de un presente que se vierte como el agua entre las manos sin saciar la sed de volver a conversar como cuando veíamos Doctor en Alaska o cuando había que estudiar y pasábamos la noche como dos marujas.
Tal vez en primavera, mientras florece el avellano en Ribafarta, los enanitos me susurren al oído todas las palabras que ahora me faltan.

Cruza mis pesadillas la realidad aparente de tu ausencia durante el tiempo que se desliza; sin encontrate en este lado de la vida.