Truena dentro de la esfera del reloj con un ritmo que tropieza antes de salir a tientas del mercadeo diario entre piezas sueltas, soldadas a cada minuto irrepetible...
No recuerdo como empieza si al darle vueltas a la cuerda nada gira en algún punto entre ahora, luego, o ese antes de ayer tan lejano que hay que entornar los ojos para verlo licuar amnesia con raíces.
Si fuera por cicatrices o por heridas cerradas parpadearía mucho mas deprisa hasta detener todo antes de verte, multiplicada en mil doscientas formas que agarran mi transparencia, convertida en una escala de grises.
Existo en las cuencas vacías cuando nada llena los vagones al pasar.
