pesadillas cruzadas

sonina.jpg




Algún día quisiera hablar, hablar y no callarme. Contar de soledades, impuestas o queridas, que son como autoaislamientos a fin de cuentas. Quisiera parlotear mientras escribo… pero llueve de mis ojos hacia fuera en cada intento y me da miedo que el frío de este invierno transforme lluvia en hielo; oscureciendo la luz de ese lago de recuerdos. La soledad muta en silencio externo mientras, de ventanas hacia dentro, incesantes parloteos acompañan cada madrugada sin dormir, cada segundo eterno, cada minúsculo momento en que las anteojeras me dejan ver la periferia de un presente que se vierte como el agua entre las manos sin saciar la sed de volver a conversar como cuando veíamos Doctor en Alaska o cuando había que estudiar y pasábamos la noche como dos marujas.
Tal vez en primavera, mientras florece el avellano en Ribafarta, los enanitos me susurren al oído todas las palabras que ahora me faltan.

Cruza mis pesadillas la realidad aparente de tu ausencia durante el tiempo que se desliza; sin encontrate en este lado de la vida.